ENTRAR
EN EL MOVIMIENTO
DE JESÚS
Reflexión – Espiritualidad - Compromiso
A
partir del libro de José A. Pagola:
“Juntos
con Jesús” PPC, Madrid, 2014.
JESÚS, COMPAÑERO
NUESTRO DE CAMINO.
CONTENIDO: Temas para reuniones de
grupos afín de seguir a Jesús.
Son 7 etapas y 40 temas
1ª etapa: Reunidos en el nombre de Jesús (8 temas).
En
una próxima entrega las siguientes etapas
2ª etapa: El camino de Jesús.
3ª etapa: La Buena Noticia sobre Dios.
4ª
etapa: Rasgos de Jesús.
5ª
etapa: Grandes llamadas de Jesús.
6ª
etapa: Llamados a seguir a Jesús.
7ª
etapa: Enviados por Jesús resucitado.
Guayaquil, PR. 2015.
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P R E S E N T A C I Ó N.
¡Bienvenidas y bienvenidos en este caminar
del Movimiento organizado por Jesús hace 2.000 años!
INTRODUCCIÓN
El movimiento de Jesús siempre actual
Más
que Iglesias, Jesús vino a emprender un movimiento
al servicio de una vida más humana a todos los niveles. Este movimiento logró
hacer acontecer lo que el mismo llamó el Reino
de Dios. Este proyecto consiste en lograr mejor felicidad mediante nuevas relaciones con uno mismo, con
los demás, con la sociedad en general, con la naturaleza y con Dios.
Ampliar la experiencia de las CEBs
Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) han abierto un nuevo camino para
entender y seguir mejor a Jesús. Lo escribieron los obispos latinoamericanos en
su reunión de Medellín (Colombia,
1968): “La comunidad cristiana de base es así el primero y fundamental núcleo
eclesial, que debe, en su propio nivel, responsabilizarse de la riqueza y
expansión de la fe, como también del culto que es su expresión. Ella es, pues,
célula inicial de estructuración eclesial, y foco de la evangelización, y
actualmente factor primordial de promoción humana y desarrollo” (15,10). Lo
confirmaron en su última reunión en Aparecida
(Brasil, 2007): “Ellas recogen la
experiencia de las primeras comunidades, como están descritas en los Hechos de
los Apóstoles (cf. Hechos 2, 42-47). Medellín reconoció en ellas una célula
inicial de estructuración eclesial y foco de fe y evangelización. Puebla
constató que las pequeñas comunidades, sobre todo las comunidades eclesiales de
base, permitieron al pueblo acceder a un conocimiento mayor de la Palabra de
Dios, al compromiso social en nombre del Evangelio, al surgimiento de nuevos
servicios laicales y a la educación de la fe de los adultos” (178).
Propuesta de caminar
individual y grupal
He aquí una propuesta para abrir
este camino de Jesús a todas las personas de buena voluntad que quieren mejorar
su vida personal y nuestra organización en sociedad. Esta
propuesta prevé 2 etapas: primero una reflexión personal, luego un compartir
grupal para lograr mejores cambios personales y sociales.
D E S
A R R O L L O.
1.
Inquietud:
Abrir nuevos caminos para una vida más humana y una sociedad mejor.
-
La rica
experiencia eclesial y social de las CEBs bien puede abrirse a otros espacios
humanos y religiosos.
-
Tal vez con esta
oportunidad se pueda responder a la búsqueda de muchas personas que entienden
que la espiritualidad es una fuerza profunda de cambio personal, social y
eclesial.
2.
Motivaciones
-
Abrir el camino de
las CEBs a otros espacios
-
La oportunidad
que ofrece el nuevo libro de José A. Pagola: “Grupos con Jesús” (Editorial PPC,
Madrid, 2014).
-
El mismo
José A. Pagola señala que una página web está a nuestra disposición: www.gruposdejesus.com
3.
Destinatarios
-
Las y los que,
habiéndose alejado de las Iglesia, no han dejado de seguir las huellas de Jesús
para una vida mejor, tanto a nivel personal como al nivel colectivo y social.
-
Las y los que
disciernen en Jesús la posibilidad de vivir mejor individual y socialmente.
4.
El camino propuesto
-
Emprender un
conocimiento más profundo del proyecto de Jesús.
-
Trabajar esto en
2 espacios: individualmente y en grupo.
-
Tal vez unos se
queden en una profundización individual.
5.
Una triple meta
-
Lograr un cambio
personal positivo.
-
Emprender
acciones individuales y colectivas de cambio social.
-
Aportar una
renovación eclesial y/o crear un nuevo espacio eclesial.
6.
Propuesta en 2 tiempos
-
Se trata de unas
40 reflexiones y reuniones semanales en 7 etapas, según el esquema de José A.
Pagola.
-
Primer tiempo:
una reflexión personal de cada tema sobre Jesús (texto evangélico, reflexión
personal, profundización del tema, oración, compromisos).
-
Segundo tiempo:
un compartir en grupo (experiencia personal, iluminación evangélica,
profundización, compromisos individuales y colectivos, oración).
7.
Dinámica semanal tanto individual como grupal
-
Profundizar
individualmente el tema (lo que puede hacerse también en pareja o en familia)
según el esquema siguiente: lectura del texto evangélico propuesto, reflexión
sobre las preguntas y los comentarios, propuestas de cambios y compromisos,
oración.
-
Compartir en un
grupo de amistades según el método ‘ver’, o sea escuchar las experiencias
personales, ‘juzgar’ o sea iluminar con el texto evangélico, su comprensión,
los comentarios), ‘actuar’ o sea poner compromisos individuales y colectivos
(es decir del grupo o con otro espacio) y ‘celebrar’, o sea tomar un momento de
oración-celebración.
8.
Método
-
Se trata de
buscar y construir una vida más humana para uno mismo y para todos.
-
En el grupo
habría que evitar las discusiones para insistir en la escucha mutua, el diálogo
abierto y la fraternidad entre todos.
-
Se necesita un
animador que ayude al buen desarrollo de la reunión y de un secretario que
anote los compromisos acordados para hacer acuerdo en la siguiente reunión.
Pueden cambiar a cada etapa.
-
Si hay sacerdotes
y religiosas en los grupos, estas y estos son unos más del grupo.
-
Las reuniones se
hacen por turno en las casas de los participantes.
9.
Aportes de este servidor
-
Ofrecer cada mes
la elaboración de los 4 o 5 temas semanales a partir del libro de José A.
Pagola.
-
Recibir
comunicaciones para aclarar y fortalecer este proceso.
-
Los comentarios
en cada tema son copiados tales cuales.
La
‘pelota’ está ya en el campo de ustedes. Seamos creativos.
¿Quién
o quiénes van a tomar la iniciativa de estas reuniones semanales?
¡Dios nos bendiga, Jesús nos acompañe, su Espíritu nos ilumine
y los pobres sean nuestros guías!
1ª etapa
: REUNIDOS EN
EL NOMBRE DE
JESÚS.
A L G U N A S I N D I C A C I O N E S.
PUESTA EN MARCHA DEL GRUPO
1.
Se trata de un proceso abierto
-
Es ante todo la
iniciativa de las y los laicos.
-
Esta propuesta es
para gente que busca hacer algo bonito de su vida.
-
Nadie es más que
los demás, porque todos tenemos algunos talentos que poner al servicio de los
demás.
-
No se trata que
las personas tengan una preparación especial, ni que sea ‘practicante’, ni
exclusivamente católico.
-
Este proceso es
abierto a todo aquel que tiene el deseo de profundizar el sentido de su vida a
la luz de Jesús y de reunirse entre varios, en la amistad, el respeto y el
compartir.
2.
Con un encuentro previo
Bien
se puede hacer un encuentro entre los interesados:
-
Para conocerse,
fraternizar, compartir anhelos,
-
Para confirmar
los objetivos y la organización,
-
Para fijar la
frecuencia de las reuniones (semanalmente puede ser lo mejor), las casas donde
se acoge por turno, el día y la hora.
Si
no se hace un encuentro previo, estas dinámicas se realizan al comienzo de la
reunión sobre el 1° tema.
RECODEMOS LOS 2 MOMENTOS
DE ESTE PROCESO
1° MOMENTO: Cada uno prepara el tema
personalmente o/y en familia.
2° MOMENTO: La reunión propiamente
dicha.
-
Se ha indicado la
casa, el día y la hora. Se busca ser puntuales.
-
La duración de la
reunión no debería ser más de 2 horas máximo.
ANTES DE COMENZAR LA
REFLEXIÓN DEL TEMA 1
-
Se acomoda el
lugar para que formemos un círculo.
-
En la mesa está
algún signo o símbolo bonito.
-
Nos acogemos
calurosamente los unos a los otros.
-
Cada uno se va
presentando diciendo sus anhelos.
-
Se confirma los
objetivos, la realización del proceso y la dinámica de cada reunión.
-
Se elige un
animador y un secretario.
-
Se utiliza la
Biblia que se tiene. Si se va a comprar una, bien puede ser la llamada Biblia
Latinoamericana.
Tema 1 : “
¡ ÁNIMO ! SOY YO.
NO TEMAN ”.
Motivación inicial
Al decidir entrar en este proceso, nos sentimos
llamados a aportar nuestra parte para vivir mejor personal y colectivamente,
material y espiritualmente. Se trata de una búsqueda personal, de un
cuestionamiento por sentido de la vida y la sociedad, de una inconformidad con
tanta injusticia y atropellos, de una inquietud espiritual…
En esta reunión vamos a replantearnos el sentido de
nuestra fe más allá de las dificultades; vamos a sentir la cercanía de Jesús y
la fraternidad del grupo; vamos a entender su llamada y su apoya fraterno.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Tomo conciencia de cómo me siento al
comenzar este proceso.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Mateo 14,24-33: Pedro es rescatado por Jesús
caminando sobre aguas turbulentas.
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
Situemos la
barca: ¿Con qué rasgos la sitúa
Jesús? ¿De qué manera te recuerda esta barca de los discípulos a la Iglesia
actual?
-
El miedo de
los discípulos: ¿Por qué se
turban y gritan “es un fantasma”? ¿Hemos pensado alguna vez que la fe puede ser
un engaño?
-
Las 3
palabras de Jesús: ¿Cuáles son?
¿Podemos comentar cada una de ellas? ¿Has experimentado alguna vez Jesús
infundiéndote ánimo o librándote de algún miedo o angustia?
-
La fe
vacilante de Pedro: ¿Por qué
empieza hundirse Pedro? ¿Qué grita Pedro? ¿Has hablado o gritado alguna vez con
Jesús sin saber si te estaba escuchando? ¿Será la fe caminar en medio de la
tempestad apoyándose sólo en la palabra de Jesús?
-
La reacción
de Jesús: ¿Qué hace y dice Jesús
al llamado de Pedro? ¿Es Jesús para mí una “mano tendida” que me agarra en
momentos de crisis?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Crecer en
medio de la crisis.
Eran tiempos difíciles para la joven comunidad en la
que Mateo escribía su evangelio. Se había enfriado el entusiasmo de los
primeros tiempos. Los conflictos y tensiones con los judíos eran fuertes. ¿Se
hundirá la fe de aquellos creyentes? Lo primero que necesitaban era descubrir
la presencia de Jesús en medio de la crisis.
Recogiendo
un relato que encontró en Marcos y algunos recuerdos que se conservaban entre
los cristianos sobre una tempestad a la que tuvieron que enfrentarse en alguna
ocasión los discípulos de Jesús en el mar de Galilea, Mateo escribió una bella
catequesis de Jesús sobre un objetivo muy concreto: ayudar a los seguidores de
Jesús a reafirmarse en su fe sin dejarse hundir por las dificultades. Lo hizo
con tal fuerza que todavía hoy nos puede reavivar por dentro.
Los
discípulos están solos. Esta vez no los acompaña Jesús. Se ha quedado a solas
en un monte cercano, hablando con su Padre en el silencio de la noche. Mateo
describe con rasgos certeros la situación: los discípulos se encuentran solos,
“muy lejos de la orilla”, en medio de la inseguridad del mar; la barca está
“sacudida por las olas”, desbordada por fuerzas adversas; “el viento es
contrario; todo se vuelve en contra. Además se ha hecho de noche y la oscuridad
lo envuelve todo.
Los
cristianos que escuchan este relato lo entienden en seguida. Conocen el
lenguaje de los salmos y saben y saben que “las aguas profundas”, “la
tempestad”, “las tinieblas de la noche”… son símbolos de inseguridad, angustia
e incertidumbre. ¿No es la situación de aquellas comunidades, amenazadas desde
fuera por el rechazo y la hostilidad,, y tentadas desde dentro por el miedo y
la poca fe? ¿No es esta nuestra situación?
Entre
las 3 y las de la mañana se les acerca
Jesús, andando sobre las aguas. Nunca ha dejado de pensar en ellos. Pero los
discípulos no son capaces de reconocerlo en medio de la tempestad y las
tinieblas. Jesús les parece “un fantasma”, algo no real, una ilusión falsa… Los
miedos en la comunidad cristiana son uno de los mayores obstáculos para
reconocer a Jesús y seguirlo con fe como “Hijo de Dios” que nos acompaña y nos
salva en las crisis.
Jesús
les dice las 3 palabras que necesitan escuchar: “Ánimo. Soy yo. No tengan
miedo”. Estas 3 palabras las iremos escuchando más de una vez a lo largo de
nuestro recorrido.
-
“’Animo”: Jesús
viene a infundirnos ánimo y sembrar esperanza en el mundo.
-
“Soy yo”: No es
un fantasma, sino alguien vivo, lleno de fuerza salvadora.
-
“No tengan
miedo”: Hemos de confiar y aprender a reconocerlo junto a nosotros en medio de
las crisis, peligros y dificultades.
¿No
es esto lo que necesitamos escuchar hoy los cristianos?
Animado
por las palabras de Jesús, Pedro hace una petición sorprendente: “Señor si eres
tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua”. No sabe si Jesús es un fantasma
o alguien vivo y real, peo quiere vivir la experiencia de caminar hacia él,
andando, no sobre tierra firme, sino sobre el agua; no apoyado en la seguridad,
sino en la debilidad de la fe. Jesús le dice: “Ven”.
¿No es esta la llamada que nos está haciendo Jesús en
estos momentos de crisis y desconcierto? En nuestro recorrido nos encontraremos
más de una vez con su invitación: “Ven y sígueme”. Así llamaba por los caminos
de Galilea y así llama hoy a quien lo quiera escuchar. Pero la llamada a Pedro
en medio de la tempestad encierra algo más: “Ven a mi encuentro caminando sobre
las aguas, aunque no acierte reconocerme en medio de la tempestad, aunque estés
lleno de dudas en medio de la noche”.
Pedro dejó la barca y “se puso a caminar sobre las
aguas yendo hacia Jesús”. Esto es esencialmente la fe cristiana. “Caminar hacia
Jesús”, dar pasos día a día orientando nuestra vida hacia él. “Sobre las
aguas”, sino otro apoyo firme que no sea su Palabra. Sostenidos por su
presencia misteriosa en nuestra vida. ¿Estamos dispuestos a hacer esta
experiencia?
No es fácil vivir esta fe desnuda. Pedro en concreto
“sintió la fuerza del viento, le entró miedo y empezó a hundirse”. Es lo que
nos puede pasar en estos momentos: Nos fijamos sólo en la fuerza que tiene el
mal, nos entran el miedo y las dudas, y empezamos a hundirnos en la
desesperanza, la indiferencia o la increencia. ¿Qué podemos hacer?
Lo primero, “gritar” a Jesús. Es lo que hace Pedro al
empezar a hundirse: “Señor, sálvame”. Invoca a Jesús como “Señor” (Mateo pone
intencionalmente esta palabra en sus labios, pues así invocaban a Jesús
resucitado las primeras comunidades cristianas). Y sólo pide una cosa:
“Sálvame”. Con esto está dicho todo. Este grito salido de lo más íntimo de
nuestro corazón puede ser una forma humilde, pero muy real de vivir nuestra fe.
Jesús, que está atento y pendiente de Pedro, no
permanece indiferente a este grito. Según el relato, “le tiende su mano”, “lo
agarra” y “le dice: Hombre de poca fe, ¿porque has dudado?” Sin saber cómo ni
por qué, Pedro vive algo difícil de explicar a quien no lo ha vivido.
Experimenta a Jesús como una “mano tendida”; se deja “agarrar” por él y siente
que Jesús lo salva de hundirse. En el fondo de su corazón escucha esta pregunta
que puede cambiar su vida: “Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?” Tal vez es
en medio de la crisis y de la noche cuando aprendemos a creer con más verdad en
la fuerza salvadora que se encierra en Jesús.
Pedro y Jesús caminan agarrados en medio de las olas y
el viento. Al subir a la barca, la tormenta se calma. Cuando Jesús está en
medio del grupo, los discípulos recuperan la paz. Lo han vivido todo de cerca,
llenos de miedo y angustia, pero han experimentado su fuerza salvadora. Los
mismos que decían antes “es un fantasma” se postran ahora ante Jesús y le dicen
muy desde adentro: “Verdaderamente eres Hijo de Dios”. ”
Bien puedo hacer un momento de silencio
meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Nos ha pasado
algo parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me llamó más la atención? (También se comunicará este punto en la
reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de Mateo 14,24-33: Pedro es rescatado por Jesús caminando sobre aguas
turbulentas.
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
Situemos la
barca: ¿De qué manera te recuerda
esta barca de los discípulos a la Iglesia actual?
-
El miedo de
los discípulos: ¿Hemos pensado
alguna vez que la fe puede ser un engaño?
-
Las 3
palabras de Jesús: ¿Has
experimentado alguna vez Jesús infundiéndote ánimo o librándote de algún miedo
o angustia?
-
La fe
vacilante de Pedro: ¿Has hablado
o gritado alguna vez con Jesús sin saber si te estaba escuchando? ¿Será la fe
caminar en medio de la tempestad y gritar a Jesús que nos ayude?
-
La reacción
de Jesús: ¿Es Jesús para mí una
“mano tendida” que me agarra en momentos de crisis?
2.
Apoyo del comentario del tema: ‘Creer en medio de la
crisis’.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
¿Cómo me está
afectando la crisis religiosa?
-
¿Dónde puedo
sentir la mano tendida de Jesús que me agarra para salir adelante?
-
¿En qué nos puede
ayudar el grupo a reavivar nuestra fe?
-
De ahora en
adelante, ¿podré gritar a Jesús mis miedos y angustias y sentirme agarrado por
él?
2.
Compromiso colectivo
-
En la sociedad,
¿dónde vemos el miedo al futuro, el desaliento, la falta de esperanza?
-
¿Cuál es el clima
que se respira dentro de la Iglesia?
-
Después de estas
reflexiones, ¿qué podemos aportar a la sociedad y a la Iglesia?
-
Con relación a
este nuestro grupo, ¿qué espíritu y qué actitudes nos parecen necesarias para
aprovechar mejor nuestras reuniones? Resumamos en 3 palabras.
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
-
Alguien del grupo
dice estas palabras: “Ánimo. Soy yo. No tengan miedo”.
-
Cada una/o puede
invocar diciendo: “Si eres tú, Señor, ayúdame a…”.
-
Alguien lee
la siguiente oración:
Jesús,
nuestra paz, tú nos dices a cada uno:
“¿Por
qué inquietarte? Una sola cosa es necesaria:
Un
corazón a la escucha para comprender que
Dios
te ama y siempre te perdona”. Amén.
-
Repetimos
frase por frase:
“Señor,
tú sabes que siempre te quise y que te sigo queriendo;/
Tú
sabes que te quiero./
A
pesar del cansancio y del abandono de tantos días,/
A
pesar de mi cabeza vacía dura, y de mi
corazón de piedra,/
Tú
sabes que te quiero./
A
pesar de mis dudas de fe, de mi vacilante esperanza/
Y
de mi amor posesivo, tú sabes que te quiero./
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
F. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 2
: “ ¡ ÁNIMO ! LEVÁNTATE.
TE ESTÁ LLAMANDO ”.
Motivación inicial
Tal vez no sean los problemas del momento que nos
dificultan el caminar con Jesús, sino la indiferencia y la pasividad. Nunca nos
hemos decidido a seguir a Jesús. Con el grupo actual tenemos esta oportunidad:
entrar a formar parte de su ‘movimiento’ por el Reino. Jesús pasa nuevamente
por nuestra vida: no perdamos esta posibilidad de una vida más plena.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
¿Cómo me siento al comenzar esta 2ª
reunión?
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Marcos 10,46-52: La curación del ciego de Jericó.
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
Situación de
Bartimeo: Mientras los discípulos
y la gente caminan con Jesús, el ciego Bartimeo se queda inmóvil y al margen.
¿Qué me dice la figura de esta ciego, mendigando y sentado junto al camino?
-
Actuación del
ciego: Se dio cuenta de la
cercanía de Jesús y se puso a gritar para que tengan compasión de él. ¿He
sentido alguna vez en mi vida la necesidad de gritar para llamar la atención?
-
Reacción de
Jesús: Se detiene porque el ciego
es importante para él. Los que lo marginaban pasan a ser los portadores del
llamado de Jesús al ciego. ¿No necesito escuchar también yo las mismas palabras
de Jesús dirigidas al ciego?
-
El diálogo de
Jesús con el ciego: Jesús quiere
saber la mayor necesidad del ciego y el ciego se la dice. Es la misma fe del
ciego que lo va curando de su ceguera. ¿He comunicado mis necesidades a Jesús?
¿He tomado el tiempo de sentir la cercanía de Jesús conmigo?
-
La curación: ¿Qué me parece lo más importante:
.
La curación del ciego Bartimeo ocurrida hace 2000 años en Jericó?
.
La transformación de Bartimeo en un seguidor de Jesús?
.
La llamada que me hace Jesús a convertirme?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Reaccionar
ante el paso de Jesús.
Marcos narra la curación de un ciego Bartimeo en las
afuera de Jericó. Lo que más le interesa no es describir con detalle lo
sucedido. Con este arte tan propio de los evangelistas, Marcos hace del relato
una catequesis extraordinaria para animar a quienes viven “ciegos” a abrir sus
ojos, a salir de la indiferencia y a tomar la decisión de seguir a Jesús.
Por eso el relato nos va a ayudar a conocer un poco
cómo era Jesús con los enfermos y necesitados que encontraba en su camino, pero
sobre todo nos puede llamar a reaccionar ante su paso por nuestra vida. Sin una
decisión personal de seguir a Jesús no nos servirá mucho hacer un recorrido en
grupo.
Jesús sale de Jericó acompañado por sus discípulos y
bastante gente. En Jericó comenzaba el último tramo de la subida a Jerusalén.
Como es normal, no faltan mendigos, enfermos y gentes desgraciadas pidiendo
ayuda a los grupos de peregrinos que pasan por el camino.
Marcos
se fija en uno. Se llama Bartimeo. Lo describe intencionalmente con 3 rasgos:
-
Es un mendigo
“ciego”: vive en tinieblas; no puede ver el rostro de Jesús; nunca podrá
peregrinar a Jerusalén.
-
Está “sentado”: a
oscuras no se puede caminar; se pasa el día esperando, inmóvil, la ayuda de los
demás; no puede seguir a Jesús.
-
Está “junto al
camino”, fuera de la ruta que lleva Jesús; al margen de su camino.
¿No
nos reconocemos de alguna manera en este mendigo? Cristianos “ciegos”, de fe
apagada, sin ojos para mirar la vida como la mira Jesús. Cristianos “sentados”,
instalados en una vida más o menos cómoda, acostumbrados a vivir de manera
rutinaria nuestra religión, cansados de nosotros mismos, sin fuerza para seguir
a Jesús. Cristianos situados “fuera del camino” de Jesús, sin ponerle a él como
meta, horizonte y guía de nuestra vida.
A
pesar de su ceguera el ciego “se entera” de que está pasando Jesús. No ve nada
pero percibe su paso. Intuye que Jesús le puede curar. No puede dejar pasar la
oportunidad y se pone a gritar: “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí”.
Algunos lo reprenden para que se calle y deje de molestar. Pero él grita
todavía más fuerte: “Ten compasión de mí”. Él no puede darse a sí mismo la
vista. Necesita a Jesús.
Esta
oración humilde, incansable, repetida una y otra vez con fuerza, desde lo más
hondo del corazón, va a ser el comienzo de su transformación. Jesús no pasará
de largo. ¿Podemos crear en este grupo la misma actitud de Bartimeo ante el
paso de Jesús por nuestras vidas?
Al
escuchar su grito, Jesús se detiene. Un ciego lo necesita: todo lo demás ya no
tiene importancia para él, ni siquiera la peregrinación a la ciudad santa. El
ciego no debe estar tan cerca, pues Jesús pide a los que lo acompañan que le
llamen. Si caminan con Jesús tendrán que aprender a no sentirse molestos por
los gritos de los que sufren, sino a colaborar con él para aliviar su
sufrimiento.
Los
enviados de Jesús le comunican al ciego la mejor noticia que puede escuchar en
estos momentos: “¡Ánimo! Levántate, que te llama”.
-
En primer lugar
les infunden “ánimo”, poniendo una esperanza nueva en su vida.
-
Luego le invitan
a “levantarse” y acercarse a Jesús.
-
Por último le
recuerdan que no está sólo: Jesús lo está llamando.
¿No
es esto lo que estamos necesitando escuchar de Jesús? ¿No es esto también lo
que muchos hombres y de hoy están necesitan escuchar de los seguidores de
Jesús?
El ciego actúa con prontitud. “Arroja el manto”, que
le servía para recoger la limosna, pero que ahora lo estorba para encontrarse
con Jesús. Aunque siempre se ha movido a tientas, ahora “da un salto” decidido
y “se acerca a Jesús”. Su actuación es ejemplar. ¿No necesitamos también
nosotros liberarnos de estorbos y esclavitudes, dejar de un lado cobardías y
vacilaciones, y tomar la decisión de acercarnos a Jesús y ponernos delante de
él?
El relato termina con estas palabras: “Al momento
recobró la vista y lo seguía por el camino”. En ellas nos ofrece la clave para
leer el relato como una catequesis. Al comienzo del relato, Bartimeo era un
mendigo “ciego”; ahora, al contacto con Jesús, “recobra la vista”. Estaba
“sentado” y ahora le “sigue” a Jesús. Estaba “junto al camino”, pero ahora le
sigue “por el camino”. ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Nos ha pasado
algo parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a nosotras/os
-
Situación de
Bartimeo: Mientras los discípulos
y la gente caminan con Jesús, el ciego Bartimeo se queda inmóvil y al margen.
¿Qué nos dice la figura de esta ciego, mendigando y sentado junto al camino?
-
Actuación del
ciego: Se dio cuenta de la cercanía
de Jesús y se puso a gritar para que tengan compasión de él. ¿Hemos sentido
alguna vez en nuestra vida la necesidad de gritar para llamar la atención?
-
Reacción de
Jesús: Se detiene porque el ciego
es importante para él. ¿No necesitamos escuchar también nosotros las mismas
palabras de Jesús dirigidas al ciego?
-
El diálogo de
Jesús con el ciego: Es sobre todo
el esfuerzo y la misma fe del ciego que lo van curando de su ceguera.
¿Acostumbramos comunicar nuestras necesidades a Jesús? ¿Hemos tomado el tiempo
de sentir la cercanía de Jesús?
-
La curación: ¿Qué nos parece lo más novedoso de esta reflexión:
.
La curación del ciego Bartimeo ocurrida hace 2000 años en Jericó?
.
La transformación de Bartimeo en un seguidor de Jesús?
.
La llamada que nos hace Jesús a convertirnos?
2.
Apoyo del comentario del tema: ‘Reaccionar ante el
paso de Jesús’.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
Si vivimos
“ciegos”, ¿cómo vamos a ser atentos al paso de Jesús?
-
Si estamos
“sentados” e instalados, ¿cómo vamos a dar “un salto” hacia más diálogo con
Jesús?
-
Si estamos “fuera
del camino” de Jesús, ¿cómo vamos a confirmar lo que conversamos en este grupo?
2.
Compromiso colectivo
-
¿Cómo vamos a ser
como grupo un testimonio de lo que estamos descubriendo?
-
¿Con quiénes
vamos a conversar de la existencia de nuestro grupo?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
-
Alguien nombra a
cada una/o del grupo por su nombre y le dice: “Pablo, Elizabeth… ¡Ánimo!
Levántate: Jesús te está llamando”.
-
Alguien lee
la siguiente oración
“Jesús,
tú tienes una llamada para cada uno de nosotros
Para
que podamos descubrir lo que espera de cada uno de nosotros. Amén”
-
Repetimos
frase por frase
“Aquí
estoy, Señor, como el ciego al borde del camino.
Cansado,
sudoroso, polvoriento; mendigo por necesidad y oficio.
Pasas
a mi lado y no te veo.
Tengo
los ojos cerrados a la luz; costumbre, dolor, desaliento…
Sobre
ellos han crecido duras escamas que me impiden verte…
¡Ah,
qué pregunta la tuya! ¿Qué desea un ciego sino ver?
¡Que
vea, Señor! Que vea, Señor, tus sendas.
Que
vea, Señor, los caminos de la vida.
Que
vea, Señor, ante todo, tu rostro, tus ojos, tu corazón.”
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 3
: “ VENGAN A
MÍ
LOS QUE ESTÁN
CANSADOS Y AGOBIADOS ”.
Motivación inicial
Estamos comenzando un proceso esperanzador, pero esto
no quiere decir que no habrá dificultades y cansancio. El mismo Jesús lo decía
a sus discípulos. Tal vez queremos cambiar, pero no mucho… A veces sentimos
nuestro entorno muy indiferente y hasta hostil. Nuestra debilidad es un desafío
a superar juntos.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
¿Cómo me siento al comenzar esta 3ª
reunión?
B. DEJARSE INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Mateo 11,25-30: “Mi yugo es llevadero y mi carga
ligera”.
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
La acción de
gracias de Jesús. Jesús tenía
costumbre de orar a solas, de noche. Esta vez lo hace delante de sus
discípulos. Prestemos atención al motivo de la acción de gracias de Jesús. ¿Sé
rezar con otros, en pareja, con los hijos…?
-
Los
‘entendidos’ y los ‘sencillos’.
La realidad del Reino quedan ocultos a los ‘sabios y entendidos’, pero son
acogidos por los ‘sencillos’. ¿Qué nos parece esta afirmación? ¿Suele ocurrir
así conmigo y mi entorno?
-
El Padre y
sus Hijo Jesús. Jesús ha recibido
de su Padre su amor, su sueño, su pasión por los sencillos y atropellados…
¿Creo que Jesús es la clave para pueda yo entender a Dios? Y a mí, ¿qué me
quiere Dios dar a sentir y conocer?
-
Vengan a mí
los cansados y agobiados. Jesús
aclara para quiénes ha venido y a quiénes llama a acercarse a él. ¿Me incluyo
en esta categoría de personas necesitadas? ¿De qué me puede aliviar Jesús?
-
Carguen con
mi yugo. Seguir a Jesús es
exigente. Pero, ¿serán menos exigentes las cargas que me pongo yo mismo? ¿Por
qué dice Jesús que su ‘yugo es llevadero’?
-
Aprendan de
mí que soy sencillo y humilde de corazón. ¿Qué entiendo por esta afirmación de Jesús? ¿Cuándo soy ‘sencillo y
humilde de corazón’? Busco a personas que así puedo calificar.
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Mateo
11,25-30: Encontrar descanso en Jesús.
Jesús no tuvo problemas con la gente sencilla del
pueblo. Sentía que lo entendían. Lo que le preocupaba era si algún día
llegarían a captar su mensaje los líderes religiosos, los especialistas de la
ley, los grandes maestros de Israel.
El pueblo ‘sencillo’ que vivía defendiéndose del
hambre y de los grandes terratenientes, lo entendían muy bien: Dios los quería
ver dichosos, sin hambre y sin agobios. Los más enfermos y desvalidos se fiaban
de él y, animados por su fe, volvían a confiar en el Dios de la vida. Las
mujeres que se atrevían a salir de su casa, dejando su trabajo para escucharlo,
intuían que Dios tenía que amar cómo decía Jesús, con entrañas de madre. La
gente ‘sencilla’ sintonizaba con él. El Dios que Jesús anunciaba era el que
necesitaban y anhelaban.
La actitud de los ‘entendidos’ era diferente. Caifás y
los sacerdotes de Jerusalén lo veían como un peligro. Los maestros de la ley no
entendían que se preocupara tanto del sufrimiento de la gente y pareciera olvidar las exigencias de la
religión. Por eso entre los seguidores más cercanos de Jesús no hubo nunca
sacerdotes, escribas o maestros de la ley.
Un día, Jesús desnudó su corazón y descubrió lo que
sentía en su interior al ver lo que estaba ocurriendo. Lleno de alegría alabó a
Dios así delante de todos: “Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la
tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has
dado a conocer a los sencillos”. A Jesús se le ve contento, pues añade: “Sí,
Padre, así te pareció mejor”. Esa es la forma que Dios tiene para revelar sus
‘cosas’.
Los ‘sabios y entendidos’ creen saberlo todo, pero no
entienden nada. Tienen su propia visión docta de Dios y de la religión. No
necesitan aprender nada nuevo de Jesús. Su corazón endurecido les impide
abrirse con sencillez y confianza a la revelación del Padre a través de su
Hijo. Con esta actitud nos será difícil hacer un recorrido de conversión. Si ya
lo sabemos todos, ¿qué vamos a aprender de Jesús, de su Padre o de su proyecto
del Reino de Dios?
La actitud de la gente sencilla es diferente. No
tienen acceso a grandes conocimientos religiosos, no asisten a las escuelas de
los grandes maestros de la ley, tampoco cuentan mucho en la religión del
templo. Su manera de entender y de vivir la vida es más sencilla. Ellos van a
lo esencial. Saben lo que es sufrir, sentirse mal y vivir sin seguridad. Por
eso se abren con más facilidad al Dios que les anuncia Jesús. Están dispuestos
a dejarse enseñar por él. El Padre les está revelando su amor a través de sus
palabras y de su vida entera. Entienden a Jesús como nadie. ¿No es ésta la
actitud que hemos de despertar en nosotros?
Ciertamente podemos confiar en Jesús. Sus palabras dan
seguridad: “Todo me lo ha entregado mi Padre”. To lo que hay en el Padre, todo
lo que vive y siente por nosotros, lo podemos encontrar en Jesús: su amor, su
ternura, su humildad, su cariño hacia todas las criaturas, su pasión por los
últimos, su predilección por los sencillos. Poco a poco lo iremos descubriendo
en nuestro recorrido.
El Padre y su Hijo Jesús viven en comunión íntima, en
contacto vital. Se conocen mutuamente con un conocimiento pleno, ardiente y
total. Nadie comprende al Hijo como lo comprende su Padre y nadie comprende al
Padre como lo comprende su Hijo Jesús y “aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar”.
Estamos aquí atraídos por el Padre y buscados por
Jesús. El Padre quiere revela sus ‘cosas’ a los sencillos, y su Hijo Jesús se
alegra en sintonía total con su Padre. También él quiere revelar a los
sencillos su experiencia de Dios, lo que contempla en su corazón de Padre, el
proyecto que le apasiona, lo que busca para sus hijos e hijas. ¿No nos lo
revelará a nosotros?
Jesús ha terminado su alabanza al Padre, pero sigue
pensando en la ‘gente sencilla’. Muchos de ellos viven oprimidos por los
poderosos de Séforis y Tiberíades, y no encuentran alivio en la religión del
templo. Su vida es dura y la doctrina que les ofrecen los ‘sabios y entendidos’
la hacen todavía más dura. Jesús les hace tres llamadas.
1.
“Vengan a mí
todos los que están cansados y agobiados”. Es la primera llamada. Está dirigida
a todos los que viven la religión como un peso, los que se sienten agobiados
por las doctrinas complicadas que les impiden la alegría de un Dios Amigo y
Salvador. Si se encuentran vitalmente con la persona de Jesús, experimentarán
un respiro: “Yo los aliviaré”.
2.
“Carguen con mi
yugo… porque es llevadero y mi carga, ligera”. Es la 2ª llamada. Hay que
cambiar de yugo. Hemos de abandonar el yugo de los ‘sabios y entendidos’, pues
es abrumador y lleva a un moral sin alegría, y cargar con el de Jesús que hace
la vida más llevadera. No porque Jesús exige menos, sino porque propone lo
esencial: el amor que libera a las personas y despierta en el corazón humano el
deseo de hacer el bien y el gozo de la alegría fraterna.
3.
“Aprendan de mí
que soy sencillo y humilde de corazón”. Es la 3ª llamada. Hemos de aprender a
cumplir la ley y vivir la religión como lo hacía Jesús, con su mismo espíritu.
Jesús no complica la vida, la hace más clara, más sencilla y más humilde. No
agobia a nadie. Al contrario libera lo que hay de mejor en nosotros y nos
enseña a vivir de manera más digna y humana.
Esta
es la promesa de Jesús: si vienen a mí… carguen con mi yugo… si aprenden de mí
a vivir de manera diferente, “encontrarán descanso para sus vidas”. Jesús
libera de agobios, no los introduce; hace crecer las libertades, no las
servidumbres; atrae hacia el amor, no hacia las leyes; despierta la alegría,
nunca la tristeza. ¿Sabremos encontrar en Jesús nuestro descanso? ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta oración de Jesús?
-
¿Me ha pasado
algo parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración de
acción de gracias puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
La acción de
gracias de Jesús. Jesús tenía
costumbre de orar a solas con su Padre. Esta vez lo hace delante de sus
discípulos. ¿Cuál es el motivo de la acción de gracias de Jesús. Si rezamos
como pareja o con los hijos, contémoslo.
-
Los
‘entendidos’ y los ‘sencillos’.
La realidad del Reino quedan oculta a los que creen saberlo todo. La gente
sencilla sabe entenderla. ¿Nos hemos sorprendido por la sabiduría de gentes
sencilla? ¿Nos hemos detenido a alegrarnos de la presencia del Reino en nuestro
entorno?
-
El Padre y
sus Hijo Jesús. Jesús ha sabido
acoger todo lo que es don de su Padre: su amor, su sueño, su pasión por los
sencillos y atropellados… ¿Estamos seguros que Jesús es la clave para poder
entender a Dios? ¿Qué nos está regalando Dios a nosotros?
-
Vengan a mí
los cansados y agobiados. Jesús
aclara para quiénes ha venido y a quiénes llama a acercarse a él. ¿De qué nos
sentimos cansados y agobiados?
-
Carguen con
mi yugo. Seguir a Jesús es
exigente. ¿Por qué dice Jesús que su ‘yugo es llevadero’? ¿Cuáles son las
cargas más pesados que el yugo de Jesús, que nos ponemos a nosotros mismo?
-
Aprendan de
mí que soy sencillo y humilde de corazón. ¿Qué entendemos por esta afirmación de Jesús? ¿Cuándo somos ‘sencillo
y humilde de corazón’? Contemos de personas que así podemos calificar.
2.
Apoyo del comentario del tema: “Encontrar descanso en
Jesús”.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
¿Conocemos a
cristianos que viven con alegría su seguimiento de Jesús y qué podemos aprender
de ellos?
-
¿Digamos algún
punto de nuestra vida personal que nos sentimos llamados a cambiar?
2.
Compromiso colectivo
-
¿Conocemos en
nuestra familia o vecindad personas que viven desanimados por la doctrina de la
Iglesia?
-
¿Qué aportes
podríamos hacer a alguna parroquia?
-
¿Podríamos
ponernos de acuerdo para apoyar a algún grupo cristiano?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio,
pensando en la acción de gracias de Jesús.
-
Alguien retoma
por parte la oración de Jesús y repetimos todos: “Te damos gracias,
Padre, Señor del cielo y de la tierra, /
porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos / ya las has dado a conocer a los sencillos./ Sí, Padre,/ así te ha
parecido mejor”./
-
Añadimos nuestra
propia oración: tanto de acción de gracias como de petición por las y
los que están ‘cansados y agobiados’.
-
Alguien lee
sólo la siguiente oración
Jesús,
paz de nuestros corazones:
Por
tu Evangelio nos llama a ser muy sencillos y muy humildes.
Tú
haces crecer en nosotros un agradecimiento grande
Por
tu continua presencia en nuestros corazones.
-
Repetimos
frase por frase
Padre,
hoy queremos expresarte nuestra ilusión y nuestra alegría,/
Porque
tu aliento nos anima y nos guía,/
Tus
manos nos alzan y sostienen/
Y
en tu regazo encontramos ternura y descanso./
Con
el corazón encogido por tanto don recibido/
Y
por tanto horizonte abierto,/
Nos
brota con facilidad la alabanza./
Desbordados
por tu amor y llenos de gozo,/
Te
ensalzamos, Padre./
Lleva
a buen término lo que has comenzado./
Al
final, alguien concluye:
Señor,
todos los días nos susurra una acción de gracias, pero no te prestamos
atención.
Danos
tu Espíritu para que sepamos alabarte con humildad y sencillez de corazón.
Amén.
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 4
: “ PIDAN, BUSQUEN,
LLAMEN ”.
Motivación inicial
Somos
un grupo de ‘buscadores’: buscadores de sentido, de vida, de fraternidad, de
Dios. En su tiempo Jesús respondía a la espera de estos mismos buscadores.
¿Cuáles son nuestras disposiciones internas? ¿Corresponden a la ‘oferta’ de
Jesús? Esto vamos a profundizar en esta reflexión.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Decirme cómo me siente al comenzar esta
nueva reunión.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Lucas 11,9-13: “Pidan y recibirán…”
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi
persona.
-
La triple
invitación de Jesús. Vuelvo a
leer estas 3 invitaciones de Jesús. Cuando me dirijo a Dios, ¿cuál de estas
palabras utilizo más? ¿De cuáles me olvido?
-
La confianza
total en Jesús. ¿Por qué Jesús es
tan afirmativo: “Todo el que pide recibe; el que busca encuentra; al que llaman
le abren”? ¿Cómo entiendo estas expresiones?
-
Las imágenes
de Jesús. Jesús se dirigía a
gentes del campo que vivían cierta solidaridad para enfrentar mejor les grades
carencias que sufrían. Al ser padre o madre de familia, ¿cómo reacciono cuando
los hijos ‘piden, buscan, llaman’?
-
Pedir el
Espíritu santo. A notar que Jesús
habla de las “cosas buenas” que hay que pedir. ¿Cómo defino la oración de
petición: despertar a Dios, sintonizar con él, cambiar yo, escuchar el Espíritu
de Jesús, discernir ‘los signos de los tiempos’…?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Discípulos
que piden, buscan y llaman”.
Mateo y Lucas recogen en sus respectivos evangelios
unas palabras que habían quedado muy grabadas en sus seguidores más cercanos.
Es fácil que Jesús las haya pronunciado en más de una ocasión en los alrededor
del lago o, tal vez, cuando se movía por las aldeas de Galilea pidiendo algo de
comer, buscando acogida o llamando a las puertas de los vecinos. Jesús sabía
aprovechar cualquier experiencia para despertar la confianza de sus discípulos
y discípulas en el Padre bueno del cielo.
Probablemente no siempre encontraban respuestas, pero
Jesús no se desalentaba. Él vive confiando en el Padre. Esta es su reacción:
“Pues les digo a ustedes: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y
se les abrirá”. Así hay que vivir ante el Padre, como pobres que necesitan
“pedir” lo que no tienen, como perdidos que necesitan “buscar” el camino que no
conocen, como huérfanos sin hogar que llaman a la puerta de Dios.
La confianza de Jesús es absoluta. La quiere contagiar
a sus discípulos con fuerza. No sabemos
exactamente cómo se expresó, pero los evangelistas han recogido sus palabras de
forma lapidaria: “El que pide está recibiendo. El que busca está hallando. Y al
que llama, se le abre”. Esta es la experiencia que vamos a vivir junto a Jesús.
Los giros que usa al hablar están sugiriendo que está hablando de Dios, aunque
evita nombrarlo. Por eso se puede traducir así: “Pidan y Dios se les dará.
Busquen y Dios se dejará encontrar. Llamen y Dios se les abrirá”.
Curiosamente, en ningún momento se dice qué es lo que
hemos de pedir, qué es lo que hemos de buscar ni a qué puerta hemos de llamar.
Lo importante para Jesús es la actitud: cómo vivimos ante Dio. Si hacemos
nuestro recorrido suplicando, buscando y llamando, conscientes de nuestra
insuficiencia, pero poniendo toda nuestra confianza en Dios, nos veremos
atraídos hacía la conversión: Dios se nos abrirá.
Aunque
les 3 invitaciones de Jesús apuntan a la misma actitud de fondo, parecen
sugerir matices diferentes.
-
“Pedir” es
suplicar algo que hemos de recibir de otro como regalo, pues no podemos
dárnoslo a nosotros mismos; es la actitud ante Dios: “Todo lo que pidan al
Padre en mi nombre se lo concederá”.
-
“Buscar’ es
rastrear, indagar algo que se nos oculta, pues está encubierto o escondido; es
la actitud ante el Reino: “Busquen ante todo el reino de Dios y su justicia”.
-
“Llamar” es
gritar, atraer la atención de alguien que no parece escucharnos; es la actitud
de los salmistas cuando sienten a Dios lejano: “A ti grito, Señor, inclina tu
oído hacia mí, no te quedes lejos, respóndeme, ven en mi ayuda”.
Pero
Jesús no solamente quiere despertar estas actitudes en sus discípulos. Quiere
sobre todo avivar su confianza en Dios. No les da explicaciones complicadas.
Jesús es “sencillo y de corazón humilde”. Les pone 3 comparaciones que pueden
entender muy bien los padres y madres que hay entre sus seguidores. También en
este grupo lo podemos entender.
‘¿Qué padre o qué madre, cuando el hijo le pide una
hogaza de pan, le da un piedra de forma redondeada, como las que a veces se ven
por aquellos caminos? ¿O si le pide un pez le dará una de esas culebras de agua
que, en alguna ocasión, aparecen en las redes de pesca? ¿O si le pide un huevo
le dará un escorpión apelotonado de los que se ven por la orilla del lago?’
Un padre o una madre no se burla así de su hijo
pequeño, no lo engaña, no abusa de él, precisamente porque es pequeño y no sabe
distinguir todavía lo que es bueno de lo que es malo. Es inconcebible que,
cuando su hijo le pide algo bueno para alimentarse, le da otra cosa parecida
que le puede hacer daño. Al contrario le dará siempre lo mejor que tenga.
Jesús saca rápidamente una conclusión: ‘Si ustedes,
aun siendo malos, saber dar a sus hijos cosas buenas, ¡cuánto más el Padre del
cielo, en el que no hay sombra de maldad, dará cosas buenas a sus hijos! ¡Cómo
no va a ser Dios mejor que ustedes!’
Así recoge Mateo el pensamiento de Jesús. Pero Lucas
introduce una novedad muy importante. Según su versión, Jesús dice: “Cuánto más
el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan”. A Dios le
podemos pedir muchas cosas buenas, pero ninguna mejor que ‘el Espíritu Santo’. Con esta palabra, los judíos designaban el
aliento de Dios, que crea y da vida, que cura y purifica, que lo renueva,
reforma y reaviva todo.
Lucas recuerda que este fue el recuerdo que quedó de
Jesús en los que lo conocieron de cerca: “Ungido por Dios en Espíritu Santo y
poder, pasó haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo, porque
Dios estaba con él” (Hechos de los Apóstoles 10,38). Lo más grande que podemos
pedir en este grupo es ‘el Espíritu Santo’ que Jesús recibe de su Padre y le
hace vivir “haciendo el bien” y “curando a los oprimidos”. Este Espíritu nos va
a ir transformando y convirtiendo. Dios nos lo va a regalar, porque es con
nosotros el mejor de los padres y de las madres. Además, el mismo Jesús lo
prometió a sus seguidores: “Ustedes recibirán la fuerza del Espíritu Santo, que
vendrá sobre ustedes y serán mis testigos…” (Hechos de los Apóstoles 1,8). ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes preguntas,
se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Me ha pasado
algo parecido en cuanto a la oración? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado cuando rezo?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer ahora? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
La triple
invitación de Jesús. Volvamos a
leer estas 3 invitaciones de Jesús. Cuando nos dirigimos a Dios, ¿cuál de estas
oraciones utilizamos más? ¿Por qué les demás nos son menos familiares?
-
La confianza
total en Jesús. ¿Por qué Jesús es
tan afirmativo: “Todo el que pide recibe; el que busca encuentra; al que llaman
le abren”? ¿Cómo entendemos estas expresiones?
-
Las imágenes
de Jesús. Jesús se dirigía a
gentes del campo que vivían cierta solidaridad para enfrentar mejor les grades
carencias que sufrían. Al ser padre o madre de familia, ¿cómo reaccionamos
cuando los hijos nos ‘piden, buscan, llaman’?
-
Pedir el
Espíritu santo. Hemos notado que
Jesús habla de las “cosas buenas” que hay que pedir, incluyendo el Espíritu
santo. ¿Cómo podemos definir la oración de petición: despertar a Dios,
sintonizar con él, cambiar nosotros, entender el Espíritu de Jesús, discernir
‘los signos de los tiempos’…?
2.
Apoyo del comentario del tema: “Discípulos que piden,
buscan y llaman”.
¿Qué
punto más novedoso del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
Cuando rezamos,
¿cómo sentimos que Dios se hace presente a nosotros?... aun cuando Dios no
responde a mis peticiones tal como lo solicito.
-
Acostumbrémonos a
rezar para pedir y tener el espíritu de Jesús. En cuanto al Espíritu santo,
¿para qué lo vamos a invocar? Tal vez le vamos a pedir que… nos enseñe a rezar…
2.
Compromiso colectivo
-
Rezar es
conectarnos con Dios, entrar en comunión con él, con su proyecto del Reino.
¿Cuándo necesitamos rezar? ¿Quiénes hoy nos pueden enseñar a rezar?
-
Si no lo hacemos,
¿pensamos comenzar a rezar en pareja, en familia? ¿Cómo compartir nuestras
experiencias en este sentido?
-
Cuando personas
enfermas, deprimidas, perdidas vienen a desahogarse con nosotros, ¿se nos ha
ocurrido rezar juntos? ¿Nos parece factible, importante lograrlo?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
-
Alguien repite las
palabras de Jesús, haciendo una pausa entre cada una: “Piden y
recibirán… Busquen y encontrarán… Llamen y les abrirán…”.
Hagamos
alguna oración espontánea. Alguien concluye diciendo: “Gracias, Padre del
cielo, porque eres mejor que nosotros con nuestros hijos”.
-
Alguien lee
la siguiente oración con su introducción
Escuchemos
al profeta Isaías (65,1): “Así dice el Señor: ‘Yo me he dejado encontrar por
quienes no preguntaban por mí; me he dejado hallar por quienes no me buscaban’.
Dije: ‘¡Aquí estoy, aquí estoy!’ a gente que no invocaba mi nombre”.
Jesús,
misterio de Dios encarnado,
Aunque
somos frágiles, queremos seguirte
Por
el camino que nos conduce a amar como tú nos amas.
Ven,
Espíritu de Dios, luz que penetras el alma,
Fuente
del mayor consuelo, descanso en nuestro esfuerzo,
Gozo
que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Mira
el vacío del hombre si tú le faltas por dentro.
-
Repetimos
frase por frase
Día
tras día, Señor, voy a pedirte lo que tú sabes:/
Verte
más claramente,/
Amarte
más tiernamente,/
Gozarte
más alegremente,/
Esperarte
más vivamente/
Y
seguirte más fielmente./
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 5
: “ ¿ QUÉ BUSCAN ”.
Motivación inicial
Vamos a precisar lo que buscamos si queremos seguir a
Jesús con más fe y más verdad, si queremos ser un grupo creyente de seguidores
convencidos de Jesús. Esta fue la experiencia de los primeros discípulos de
Jesús. A ver cómo nos iluminan y orientan.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Decirse cómo se siente al comenzar esta
reunión.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Juan 1,3-39: “¿Qué buscan?”
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
El paso de
Jesús. Se trata de 2 discípulos
de Juan Bautista que él mismo invita a seguir a Jesús. Como indicación Juan les
dice: “Este es el Cordero de Dios”. ¿A qué acontecimiento importante hace alusión
Juan Bautista? Para los discípulos. ¿qué evocaría lo de “Cordero” y “de Dios”
aplicado a Jesús por Juan Bautista?
-
La pregunta
de Jesús. Jesús comienza por una
pregunta a los 2 discípulos: “¿Qué buscan”? ¿Se puede seguir a Jesús sin saber
lo que se busca? En definitivo, ¿qué busco yo en este ‘grupo de Jesús’?
-
La respuesta
de los discípulos. Curiosamente
los discípulos responden a la pregunta de Jesús con otra pregunta: “Maestro,
¿dónde vives? ¿Qué conclusiones sobre los discípulos puedo sacar de las 2 partes
de su respuesta: ‘Maestro’ y ‘¿dónde vives?’? ¿Soy como los 2 discípulos:
quiero saber algo de Jesús?
-
“Vengan y
verán” o ‘Vengan a ver’. Para
estar con Jesús y seguirlo, hay que vislumbrar en él a un ‘maestro’ y cambiar
de lugar para ir adónde él vive. ¿Estoy dispuesto a dejarme enseñar y a dejar
mis seguridades?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Ver dónde
vive Jesús”.
El evangelista Juan no nos dice nada de la infancia de
Jesús. Después de un prólogo extraordinario, donde presenta a Jesús como “la
Palabra de Dios que se ha hecho carne para entre nosotros”, nos describe los
primeros pasos de Jesús ya adulto en el entorno de Juan Bautista. ¿Qué sucede
precisamente el día tercero?
El Bautista está acompañado de 2 de sus discípulos.
Sin duda ha escuchado su predicación y han recibido su bautismo en las aguas
del Jordán, en aquel mismo lugar. Viven a la expectativa de alguien que está
pronto en llegar y es “más grande que Juan”. El mismo les ha dicho: “En medio
de ustedes hay uno a quien no conocen”. Hay que estar atentos y abrir bien los
ojos del corazón.
De pronto el Bautista ve a Jesús que “está pasando por
allí”, e inmediatamente les comunica a los 2 discípulos: “Este es el Cordero de
Dios”. Seguramente los discípulos no pueden entender gran cosa. Tal vez piensan
en el ‘cordero pascual’ cuya sangre ha liberado al pueblo de la muerte al
escapar de Egipto. Pero lo que ellos están esperando ahora es un liberador
definitivo que pueda “quitar el pecado del mundo”, limpiar la vida e introducir
en los corazones un Espíritu nuevo.
Jesús sigue siendo para ellos un desconocido, pero, al
oír al Bautista, algo se despierta en su interior. Abandonan al que hasta ahora
ha sido su profeta y maestro, y “siguen a Jesús”. Se apartan del Bautista y
comienzan un camino nuevo. Todavía no saben adónde les puede llevar este
desconocido, pero ya están tras sus pasos. Así comienza casi siempre el
seguimiento de Jesús. De alguna manera así estamos empezando también nosotros
este camino. ¿Adónde nos llevará Jesús?
Durante un cierto tiempo caminan en silencio. No ha
habido un verdadero contacto con Jesús. Jesús rompe el silencio y les hace una
pregunta no muy fácil de contestar: “¿Qué buscan?”. ¿Qué esperan de mí? ¿Por
qué me siguen precisamente a mí? Hay cosas que conviene aclarar desde el
comienzo: ¿qué buscamos al orientar nuestra vida en dirección de Jesús?
Los 2 discípulos de responden con otra pregunta:
“Maestro, ¿dónde vives?”, cuál es el secreto de tu vida?, qué es vivir para ti?
Jesús no se queda en el desierto junto al Bautista. Los está encaminando hacia
un lugar nuevo: ¿dónde vive? Al parecer no andan buscando a Jesús en nuevas
doctrinas. Quieren aprender un nuevo modo de vivir. Aprende a vivir como él.
Jesús les responde directamente: “Vengan y lo verán”.
Hagan ustedes mismos la experiencia. No busquen informaciones extrañas de
otros. Vengan a vivir conmigo y descubrirán cómo vivo, desde dónde oriento mi
vida, a qué me dedico y qué es lo que me hace vivir así. Sólo conviviendo con
Jesús aprenderemos a vivir como él. Esto es el paso decisivo que hemos de dar.
Esto es entrar en el camino de Jesús.
Los discípulos escuchan a Jesús y toman la decisión
que cambiará para siempre sus vidas: “Se fueron con él, vieron dónde vivía y se
quedaron con él aquel día”. Se olvidan del Bautista, dejan otros caminos y se
van con Jesús. Entran en contacto con el lugar dónde vive él. Se introducen en
su mundo. Están pasando a la zona de la luz, de la vida de la libertad que
irradia Jesús. Esta experiencia directa les hace “quedarse” con él.
El evangelista Juan da mucha importancia a lo que está
sucediendo. Señala incluso la hora: “Eran como las 4 de la tarde”. Está
naciendo el pequeño grupo de Jesús. Estamos escuchando las primeras palabras
que pronuncia Jesús en este evangelio: el primer diálogo que tiene con los que
empiezan a seguirlo. En pocas palabras se nos dice lo esencial mejor que con
muchas palabras complicadas. ¿Qué es lo decisivo al tomar la decisión de seguir
a Jesús?
-
Lo primero es buscar. Cuando una persona no busca
nada y se conforma con “ir tirando”, repitiendo siempre lo mismo, es difícil
que encuentre algo grande en la vida. En una postura de indiferencia, apatía,
escepticismo no es posible segur a Jesús.
-
Lo importante no
es buscar algo, sino buscar a alguien.
Lo decisivo no es conocer más cosas sobre Jesús, tener más datos, penetrar con
más clarividencia en la doctrina cristiana, sino encontrarnos con una persona
viva. Es el contacto personal con él lo que nos atrae a seguirlo y lo que
transformará nuestra vida.
-
Dicho de la
manera más concreta, necesitamos experimentar
que Jesús nos hace bien, que nos infunde una fuerza desconocida para vivir con
responsabilidad y esperanza. Si vamos haciendo esta experiencia, empezaremos a
darnos cuenta de lo poco que creíamos en él y de lo mal que habíamos entendido
hasta ahora muchas cosas.
-
Pero lo decisivo
para seguir a Jesús es aprender a vivir
como vive él, aunque sea de manera pobre y sencilla. Creer en lo que él creyó,
dar importancia a lo que se la deba él, interesarnos por lo que él se interesó.
Mirar la vida como la mira Jesús, tratar a las personas como él las trata,
acoger, escuchar y acompañar como lo hace él. Confiar en Dios como él confía,
rezar como reza él, contagiar esperanzo como él la contagia. ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Nos ha pasado
algo parecido al episodio evangélico: cuál es mi búsqueda? (Se comunicará algo
de este punto al comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en la
reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de Juan 1,3-39:
“¿Qué buscan?”
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
El paso de
Jesús. Juan Bautista invita a 2
discípulos a seguir a Jesús con la sola indicación: “Este es el Cordero de
Dios”. ¿A qué acontecimiento importante hace alusión Juan Bautista? Para los
discípulos. ¿qué evocaría lo de “Cordero” y “de Dios” aplicado a Jesús por Juan
Bautista?
-
La pregunta
de Jesús. Jesús comienza por una
pregunta a los 2 discípulos: “¿Qué buscan”? ¿Se puede seguir a Jesús sin saber
lo que se busca? En definitivo, ¿qué buscamos en este ‘grupo de Jesús’?
-
La respuesta
de los discípulos. Curiosamente
los discípulos responden a Jesús con otra pregunta: “Maestro, ¿dónde vives?
¿Qué conclusiones sobre los discípulos podemos sacar de las 2 partes de su
respuesta: ‘Maestro’ y ‘¿dónde vives?’? ¿Somos como los 2 discípulos, queriendo
saber algo de Jesús?
-
“Vengan y
verán” o ‘Vengan a ver’. Para
estar con Jesús y seguirlo, hay que vislumbrar en él a un ‘maestro’ y cambiar
de lugar para ir adónde él vive. ¿Estamos dispuesto a dejarme enseñar y a dejar
mis seguridades? Al entrar en el
seguimiento de Jesús, ¿qué propósitos tenemos mínimos que emprender?
2.
Apoyo del comentario del tema: “Ver dónde vive Jesús”.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
Cada uno, digamos
qué andamos buscando en definitiva en la vida. Ahora, en este grupo, ¿a qué
metas nos vamos a dedicar cada uno?
-
Con relación a
Jesús, ¿por qué no estoy satisfecho de lo que creo de él? ¿Qué más espero de
esta caminar colectivo?
2.
Compromiso colectivo
-
¿Conocemos a
personas cuya vida nos parece un acierto? ¿Qué es lo que más nos atrae de
ellas?
-
¿Qué nos puede
aportar un conocimiento mejor de Jesús? ¿Bastará aumentar sólo nuestro
conocimiento de Jesús? ¿A qué nos sentimos llamados después de esta reflexión?
-
¿Qué vamos a
cuidar con preferencia en nuestro grupo? Y ¿en nuestra familia?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
-
Jesús está hoy y
ahora en medio de nosotros y nos dice: “¿Qué buscan?” Digámonos lo que busca
cada uno de nosotros.
-
Alguien lee
la siguiente oración (salmo 62 y 142), luego repetimos la frase que nos llamó la atención.
Jesús,
tú eres mi Dios: por ti madrugo.
Mi
alma tiene sed de ti.
Mi
carne tiene ansia de ti.
Soy
como tierra reseca, agostada, sin agua.
Tu
gracia vale más que la vida…
No
me escondas tu rostro.
Indícame
el camino que he de seguir.
-
Repetimos
frase por frase
Despierta,
Señor, nuestros corazones/
Que
se han dormido en cosas triviales/
Y
no tienen fuerza para amar con pasión./
Despierta,
Señor, nuestra ilusión/
Que
se ha apagado con pobres ilusiones/
Y
ya no tiene razones para esperar./
Despierta,
Señor, nuestra sed de ti,/
Porque
bebemos aguas de sabor amargo/
Que
no sacian nuestros anhelos diarios./
Despierta,
Señor, nuestro silencio vacío,/
Porque
necesitamos palabras de vida para vivir/
Y
sólo escuchamos reclamos de la moda y el consumo./
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 6
: “ VAYAN A
GALILEA. ALLÍ LO
VERÁN ”.
Motivación inicial
Jesús vivía en Galilea: allí fue donde pasó la mayor
parte de su vida y de su ministerio. Galilea era una provincia marginal,
rebelde y marginada por los de la capital, centro de la religión, las leyes,
las autoridades. Conocer a Jesús y a su movimiento es recorrer los caminos de
Galilea… con Jesús. Veamos.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Decirse cómo se siente al comenzar esta
reunión.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
3.
Lectura de la Palabra de Dios. Marcos 16,1-7: “Él va delante de ustedes a Galilea”.
4.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
El proyecto
de las mujeres. Notemos que son
las mujeres quienes toman la iniciativa de ir a ver cómo han quedado las cosas
después de la muerte de Jesús. Su proyecto era embalsamar el cuerpo de Jesús o
sea que tenga digna sepultura… En el grupo, en cuanto a la fe, ¿qué matices aportan
las mujeres? O no he prestado atención…
-
La piedra del
sepulcro. La piedra, “muy
grande”, quiere indicar que, para las mujeres, ya todo lo de Jesús ha
terminado. Los discípulos varones habían regresado a sus quehaceres. ¿Estoy
dispuesto a novedades que no me imagino? O ¿tengo la impresión que ‘muchas
puertas’ están cerradas y bien selladas?
-
El mensaje
del joven. Marcos no habla de
ángeles sino de “un joven, sentado y con túnica blanca”. ¿Qué pienso que me
quiere sugerir Marcos con estas 3 señales? ¿Me paso la vida ‘corriendo’ o
siendo atentos a los signos de los tiempos?
-
“Lo verán en
Galilea”. Galilea era la ‘casa
donde vivía Jesús. Según mi parecer, ¿por qué esa invitación a las mujeres de
‘volver a Galilea’? ¿Estoy dispuesto a volver a las fuentes de la fe?
-
“Él va
delante de ustedes”. Siempre
Jesús va delante o llega primero. ¿Estoy seguro que en este caminar juntos voy
a toparme con Jesús? ¿Estoy dispuesto a ir a lo esencial?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Volver a
Galilea para seguir a Jesús”.
Este relato es de una importancia excepcional. No sólo
anuncia la Buena Noticia de que el Crucificado ha sido resucitado por Dios.
Además Marcos explica a los lectores que quieren encontrarse con él el camino
que han de recorrer para verlo y seguirlo.
Las protagonistas son 3 mujeres admirables: María
Magdalena, María la de Santiago y Salomé. Han seguido los caminos de Galilea,
junto con otros discípulos y discípulas. Al llegar el momento de la ejecución
de Jesús no han huido cobardemente, como los varones. Han contemplado
angustiadas cómo los soldados romanos crucificaban a su querido Jesús. Han
observado también dónde lo han sepultado, y vienen ahora hasta el sepulcro para
tener con él un último gesto de cariño y de piedad.
No pueden olvidar a Jesús. Lo aman como a nadie. La
primera, como siempre, María Magdalena. En sus corazones se ha despertado un
proyecto absurdo que sólo puede nacer de su amor apasionado a Jesús. ‘Compran
perfumes para embalsamar’ su cadáver y ahuyentar el mal olor de la muerte. No
pueden hacer nada más por él. No se dan cuenta que es absurdo embalsamar un
cuerpo que lleva ya muerto bastantes horas; no reparan que es un horror
acercarse al cadáver torturado de un crucificado. No importa. Ellas no
olvidarán nunca a Jesús. Su muerte ha echado por tierra todas las esperanzas
que habían puesto en él, pero no ha logrado apagar su amor.
Por el camino las mujeres se acuerdan que una “piedra”
cierra la entrada del sepulcro. Ellas se sienten impotentes para removerla.
¿Quién la podrá correr? La insistencia del evangelista, señalando que la piedra
“era muy grande” sugiere el poder de la muerte. Ante ella hay que perder toda
esperanza. Las mujeres no podrán nunca liberar a Jesús del poder de la muerte.
Lo sorprendente es que, al llegar al sepulcro,
observan que “la piedra ha sido corrida”. No se dice quién ha sido, pero el
sepulcro está abierto. ¿Será que la muerte puede ser vencida? ¿Será que el
sepulcro no es nuestro final definitivo? Ciertamente, no puede ser cosa de
hombres; ningún ser humano tiene poder sobre la muerte; “la piedra es muy
grande”. ¿Será que Dios ha intervenido para resucitar a Jesús de entre los
muertos?
La sorpresa y el sobresalto crecen todavía más cuando,
al entrar en el sepulcro, “ven a un joven sentado a la derecha, vestido de una
túnica blanca”. Sin duda es un mensajero enviado por Dios, pero está descrito
con rasgos que hablan de vida y resurrección. Es “joven”, en la flor de la
vida. Está “sentado”, irradiando seguridad y autoridad. Está en la parte “derecha”,
lugar que promete dicha. Viste “una túnica blanca”, color que simboliza la
gloria de Dios. Las mujeres se asustan, pues donde esperaban encontrar el
cadáver de Jesús sólo ven signos de vida, juventud, luz blanca… ¿Estará Jesús
vivo, resucitado a la vida de Dios, sentado a la derecha del Padre?
El joven las tranquiliza: “No se asusten”. No hay más
saludos ni palabras que puedan distraer a las mujeres. El enviado de Dios les
anuncia directamente su mensaje: “¿Buscan a Jesús de Nazaret, el crucificado?
Es un error buscarlo en el mundo de la muerte. Jesús no es un difunto más. No
es el momento de rendirle homenaje ni de llorar recordando piadosamente su vida
admirable. “No está aquí”. No pertenece al reino de la muerte. Nunca podrá ser
encontrado en el mundo de lo muerto, lo inerte, lo extinguido… “Miren el lugar
dónde lo pusieron”. Graben en su corazón esta ‘ausencia’. No está dónde sus
adversarios lo depositaron. “Ha resucitado”. El Crucificado está vivo. El Padre
lo ha resucitado.
El joven desea confiar un encargo a las 3 mujeres tan
fieles a Jesús. Han de salir de aquel lugar de muerte para comunicar “a los
discípulos y a Pedro” algo sumamente importante. El mensaje es para todos los
discípulos, también para Pedro, el discípulo que ha renegado directamente a
Jesús. El mensaje es este: “Él va delante de ustedes en Galilea; allí lo verán,
tal como les dijo”. Sin dudo el mensaje encierra algo más profundo que el
meramente geográfico. ¿Por qué hay que volver a Galilea?
En Galilea se escuchó por primera vez y en toda su
pureza la Buena Noticia de Dios y el proyecto humanizador del Padre. Si no
volvemos a escucharlo hoy con corazón sencillo y abierto, nos alimentaremos de
tradiciones y doctrinas venerables, pero no conoceremos la alegría del
Evangelio, capaz de resucitar nuestra vida. En este grupo volveremos a Galilea
a escuchar de labios de Jesús la Buena Noticia de Dios. Viviremos la misma
experiencia que vivieron los primeros discípulos.
A orillas del lago de Galilea Jesús empezó a llamar a
sus primeros seguidores y seguidoras para enséñales a vivir con su estilo de
vida y a colaborar con él en la gran tarea de hacer la vida más humana. Hoy
Jesús sigue llamado. En este grupo escucharemos la llamada a seguirlo. Él irá
también hoy ‘delante de nosotros’, como iba en otros tiempos por los caminos de
Galilea.
Por los caminos de Galilea se fue gestando la primera
comunidad seguidora de Jesús. Junto con él vivieron una experiencia única. Con
él fueron aprendiendo a vivir acogiendo, perdonando, aliviando el sufrimiento,
curando la vida y despertando la confianza de todos en el amor insondable de
Dios. En nuestro recorrido también nosotros viviremos la misma experiencia.
Aprenderemos a vivir al estilo de Jesús.
Los textos evangélicos que escucharemos durante nuestro
recorrido nos ayudarán a caminar por Galilea “viendo” que Jesús resucitado va
delante de nosotros. Su presencia invisible adquirirá para nosotros rasgos
humanos a leer los relatos. Su presencia silenciosa se convertirá en voz
concreta al escuchar sus llamadas y sus palabras de aliento.
Ir a Galilea tras el Resucitado es vivir siempre
caminando. No nos podemos detener, no podemos vivir mirando al pasado, pues el
Resucitado “va por delante”. Los discípulos de Jesús no somos sólo miembros de
una gran institución religiosa; somos seguidores del Resucitado. Él va también
hoy “delante de nosotros”. ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Me ha pasado en
mi vida algo novedoso, parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de
este punto al comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de Marcos 16,1-7:
“Él va delante de ustedes a Galilea”.
3.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
El proyecto
de las mujeres. Notemos que son
las mujeres quienes toman la iniciativa de ir al sepulcro de Jesús. Su proyecto
era embalsamar su cuerpo… En el grupo, ¿qué matices aportan las mujeres? ¿A qué
son más atentas y sensibles?
-
La piedra del
sepulcro. La piedra es “muy
grande” quiere indicar que ya todo lo de Jesús ha terminado. ¿Estamos
dispuestos a novedades que no nos imaginamos? O ¿tenemos todavía la impresión
que ‘muchas puertas’ están cerradas y bien selladas?
-
El mensaje
del joven. Marcos no habla de
ángeles sino de “un joven, sentado y con túnica blanca”. ¿Qué puede sugerirnos
Marcos con estas 3 señales? ¿Nos pasamos la vida ‘corriendo’ o sabemos
detenernos atentos a los signos de los tiempos?
-
“Lo verán en
Galilea”. Galilea era la ‘casa’,
el lugar donde vivió Jesús. Según nuestro parecer, ¿por qué esa invitación a
las mujeres de ‘volver a Galilea’? ¿Estamos dispuestos a volver a las fuentes
de la fe?
-
“Él va delante
de ustedes”. Siempre Jesús va
delante o llega primero. ¿Estamos seguros que en este caminar juntos voy a
toparnos con Jesús? ¿Estamos dispuestos a ir a lo esencial?
4.
Apoyo del comentario del tema: “Volver a Galilea para
seguir a Jesús”.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
3.
Conversión personal
-
¿Qué sentido
tiene para nosotros la resurrección de Jesús? ¿En qué sentido la entendemos
como ‘actual’? ¿Dónde y cuándo experimentamos la presencia de Jesús?
-
¿Por qué a veces
nos quedamos en seguridades de tradiciones y doctrinas que poco tienen que ver
con el presente? ¿Estamos dispuestos a comenzar de nuevo el descubrimiento y
seguimiento de Jesús?
4.
Compromiso colectivo
-
¿Qué apoyo
pensamos encontrar en este grupo?
-
¿Aceptamos que
Jesús nos va a hablar por medio de los unos y los otros del grupo mismo?
-
¿Estamos
dispuestos a caminar juntos en la construcción del reino, el proyecto de Jesús?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
4.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
5.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
Nos disponemos a rezar.
-
Alguien repite 2
veces el mensaje del joven con túnica blanca: “Él va delante de ustedes a
Galilea; allí lo verán”.
-
Alguien lee la
siguiente oración
Jesús,
paz de nuestros corazones,
Aunque
no sintiéramos nada de tu presencia, tú estás allí.
Tu
presencio es invisible, pero tu Espíritu está con nosotros.
Jesús,
somos débiles, cobardes, torpes…
Sin
embargo queremos caminar y comenzar de nuevo.
Tú
vas delante de nosotros; tu Espíritu vive en nosotros y nos guía.
Tú
nos sigues hablando y perdonando.
Enséñanos
a trabajar por el Reino.
Danos
tu fuerza para seguirte fielmente.
-
Repetimos
frase por frase
Vivir
amando
Amar
esperando
Esperar
acogiendo
Acoger
cantando
Cantar
sembrando
Sembrar
soñando
Soñar
construyendo
Construir
compartiendo
Compartir
bendiciendo
Bendecir
acompañando
Acompañar
caminando
Caminar
viviendo
Y
vivir amando.
Todos
los días nos lo susurras,
Para
que no lo olvidemos.
Hacemos
una breve oración comunitaria.
6.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 7
: “ ESTE
ES MI HIJO
AMADO. ESCÚCHENLO A ÉL
”.
Motivación inicial
Galilea es el lugar donde se desarrolló el ministerio
de Jesús, donde hace acontecer el Reino de Dios. Para aprender a pensar,
sentir, actuar y amar como él, tenemos primero que ‘escucharlo’, estar
pendiente de él, de lo que dice y hace, de cómo vive, actúa, reacciona. Vamos a
descubrir cómo Dios se encarnó en él para permitirle de revelarse y encarnarse
también en nosotros.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Decirse cómo se siente al comenzar esta
reunión.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Mateo 17,1-8: “Escúchenlo sólo a él”.
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
Subida “a un
monte alto”. Jesús deja la
llanura, lugar de trabajo, elige sus discípulos más cercanos y sube con ellos.
¿Sé dejar mis tareas cotidiano para hacer un alto? ¿Sé reunirme con mis
amistades más cercanas para hablar de cosas esenciales?
-
Transfiguración
de Jesús. No sabremos cuál fue la
experiencia concreta de esta revelación de la intimidad de Jesús; pero sí
ocurrió. ¿Qué pueden representar las presencias de Moisés y Elías? ¿Permito que
se me exprese a mí mismo mi ser más profundo, como también a otros?
-
Intervención
de Pedro. Pedro siente felicidad
y quiere conservarla: no sabe cómo asegurársela. ¿Qué experiencia personal
estoy recordando siempre? ¿Esta experiencia me abre a nuevas experiencias o me
quedo con ella sin más?
-
La voz de
Dios. Los 3 discípulos se dan
cuento que hicieron una experiencia particular de Dios -es el significado de la
‘nube’- y de su presencia en Jesús. ¿Algún acontecimiento recién me reveló la
presencia de Dios, algún llamado de él?
-
Miedo de los
discípulos y actuación de Jesús.
Jesús termina siendo sólo, es decir más grande que Moisés y Elías. ¿Cuál sería
el sentido del miedo de los discípulos? ¿No me da algo de miedo volver a encontrarme
radicalmente con Jesús?
-
“Levántense.
No tengan miedo”. ¿Qué hace Jesús
para que sus discípulos pierdan el miedo? Algún día, ¿alguien me dijo estas
mismas palabras? ¿Necesito ahora escuchar estas palabras?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Escuchar
sólo a Jesús”.
La escena es conocida tradicionalmente como la
“transfiguración” de Jesús. No es posible reconstruir la experiencia que dio
origen a este relato sorprendente. Sólo sabemos que los evangelistas le dan una
importancia central. No es extraño. No se nos narra aquí un episodio más de la
vida ordinaria de Jesús con sus discípulos, sino una experiencia muy especial
en la que estos pueden entrever algo de la verdadera identidad de Jesús.
También para nosotros es un relato de gran
importancia, pues nos invita a despertar nuestra fe y nos recuerda que este
Jesús que va por delante es el Hijo de Dios encarnado.
Todo se debe a la iniciativa de Jesús. Es él que “toma
consigo” a Pedro, Santiago y Juan, seguramente sus discípulos más queridos. Es
él quien “los lleva a un monte alto”. Este pequeño grupo, reunido y conducido
por Jesús a un monte alto, va a vivir, “a solas” con él, una experiencia muy
especial. Así lo sugiere el evangelista, pues, para los hebreos, un “monte
alto” es un lugar de encuentro con Dios. Las cumbres silenciosas de las
montañas son el espacio sagrado en el que se puede captar mejor el misterio de
Dios y escuchar su voz con más claridad.
En ningún momento olvida Jesús a las gentes que quedan
abajo, sufriendo en aquellas aldeas. Enseguida bajarán y seguirán curando y
anunciando la Buena Noticia de Dios. Ahora se apartan por unas horas. Los
discípulos van a vivir una experiencia que va a iluminar con luz nueva su
adhesión a Jesús. Al bajar del monte lo seguirán con una fuerza y un amor más
profundos. ¿No necesitamos nosotros vivir experiencias semejantes?
De pronto, Jesús “se transfiguró ante ellos”. El
evangelista dice que ocurrió “mientras oraba”. El rostro de Jesús cambió y
“empezó a brillar como el sol”; “sus vestidos se volvieron blancos como la
luz”, que, según la tradición bíblica, es el vestido de Dios. El narrador no
sabe qué recursos emplear para expresar lo que están viviendo los discípulos.
Aquel Jesús humilde, sencillo, cercano que se agacha para abrazar a los niños y
se adelanta a tocar a los leprosos, se les descubre ahora transfigurado, lleno
de luz y gloria divina. ¿Con quién están caminando por aquellas aldeas de
Galilea?
En esto ven a Moisés y Elías conversando con Jesús.
Según las Escrituras, los 2 habían tenido el privilegio de subir la montaña
(Sinaí = Horeb) para hablar con Dios y entrevé algo de su gloria. Tal vez
Moisés representa a la ley y Elías a los profetas. Si es así, su conversación
con Jesús sugieren que la ley y los profetas alcanzan su cumplimiento y
plenitud en Jesús.
Seducido por lo que está viviendo, Pedro interviene
espontáneamente: “Señor, ¡qué bien estamos aquí”! Llama a Jesús “Señor”, con el
mismo nombre con que los primeros cristianos designaban al Resucitado. Y luego
expresa su alegría: es bueno vivir con Jesús experiencias que nos confirman en
el seguimiento fiel a su persona.
Pero, Pedro no ha entendido bien las cosas: quiere
hacer 3 tiendas, “una para Jesús, otra para Moisés y otra para Elías”. Su
primer error consiste en que quiere instalarse en la experiencia del monte; se
olvida de la gente que los necesita; no desea volver a la vida cotidiana; no
quiere bajar para seguir el camino que conduce hasta la cruz. Su segundo error
es que coloca a Jesús en el mismo plano y el mismo nivel que Moisés y Elías: a
cada uno su tienda. Jesús no ocupa todavía un lugar único y absoluto en su
corazón.
La voz de Dios lo va a corregir revelando la verdadera
identidad de Jesús. Todavía está hablando Pedro cuando los cubre “una nube luminosa”.
Así es Dios: un misterio que se nos revela y, al mismo tiempo, se nos oculta.
Una presencia que envuelve nuestra vida con luces y sombras. Un misterio desde
el que nos habla una voz que orienta nuestra vida hacia Jesús.
Las palabras del Padre son claras: “Este es mi Hijo
amado”, el que tiene su rostro transfigurado. No hemos de confundir este rostro
con los de Moisés o Elías, que están apagados. “Escúchenlo sólo a él”. A nadie
más. Él es el Hijo amado de Dios. Es nuestro Maestro, Profeta y Señor. Su voz
es la única que hemos de escuchar. Los demás sólo nos han de llevar a Jesús.
Los discípulos intuyen que Dios está allí y se dirige
a ellos. Ante su Misterio sienten como nunca su pequeñez. “Caen de bruces”,
aterrados de miedo”. Los invade el terror a lo sagrado, pero también el miedo a
vivir en adelante escuchando sólo a Jesús. ¿Podrán vivir así algún día? La
escena que describe el evangelista es insólita: los discípulos más íntimos de
Jesús caídos por los suelos, llenos de miedo, sin atreverse a reaccionar ante
la voz de Dios.
El relato describe con todo detalle cómo cuida Jesús a
sus discípulos. “Se acerca”, porque sabe que lo necesitan. “Les toca”, como
toca a los enfermos y a los caídos para infundirles fuerza y confianza. Y les
dice palabras llenas de comprensión y cariño: “Levántense. No tengan miedo”.
Pónganse de pie y síganme sin temor. No tengan miedo a vivir escuchándome a mí.
La conclusión encierra un mensaje iluminador. Animados
por la cercanía de Jesús, los discípulos “levantan la vista” y ya “no ven a
nadie más que a Jesús solo”. Han desaparecido Moisés y Elías. La ley, las
instituciones, los oráculos proféticos ya no tienen otro objeto que dejarnos
ver “a Jesús solo”. Él es el Hijo amado de Dios en el que llega a su plenitud
la manifestación del amor del Padre. ¿Qué mayor regalo para un grupo de
discípulos que abrir un día los ojos del corazón y ver “a Jesús solo” llenando
toda nuestra vida con su palabra y su presencia?
Sólo el rostro de Jesús irradia luz. Todos los demás
profetas, maestros, teólogos y doctores tienen el rostro apagado. Sólo Jesús
tiene la última Palabra. Escucharle a él hasta el fondo es un experiencia a
veces dolorosa, pero siempre curadora y gratificante. Jesús no es el que
habíamos imaginado desde nuestros esquemas, prejuicios o tópicos. Su misterio
nos desborda. Su rostro adquiere cada vez más luz. Su vida, su muerte y su
resurrección nos atraen cada vez más.
Casi son darnos cuenta Jesús está transformando
nuestras vidas. Nos arranca de seguridades muy queridas para atraernos hacia
una vida más auténtica y gozosa. En él descubrimos a alguien que conoce la
última verdad. Alguien que sabe por qué y para qué vivir. Alguien que nos
enseña las claves para construir un mundo más justo y humano, y una Iglesia más
fiel a su misión y más feliz. Él ha de ser siempre el centro de nuestro grupo. ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Me ha pasado
algo parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de Mateo 17,1-8:
“Escúchenlo sólo a él”.
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
Subida “a un
monte alto”. Jesús deja la
llanura, lugar de trabajo, elige sus discípulos más cercanos y sube con ellos.
¿Sabemos dejar nuestras tareas cotidiano para hacer un alto? ¿Sabemos reunirnos
con nuestras amistades más cercanas para hablar de cosas esenciales?
-
Transfiguración
de Jesús. No sabremos cuál fue la
experiencia concreta de esta revelación de la intimidad de Jesús; pero sí
ocurrió. ¿Qué pueden representar las presencias de Moisés y Elías? ¿Sabemos
conectarnos con nuestro ser más profundo, como también comunicarlo a otros?
-
Intervención
de Pedro. Pedro siente felicidad,
pero no sabe cómo asegurársela. ¿Hay alguna experiencia fuerte que estamos
recordando siempre? ¿Esta experiencia nos abre a nuevas experiencias o nos
quedamos con ella sin más?
-
La voz de
Dios. Los 3 discípulos se dan
cuento que hicieron una experiencia particular de Dios -es el significado de la
‘nube’- y de su presencia en Jesús. ¿Algún acontecimiento recién nos reveló la
presencia de Dios, algún llamado de él?
-
Miedo de los
discípulos y actuación de Jesús.
Jesús termina siendo sólo, es decir más grande que Moisés y Elías. ¿Cuál sería
el sentido del miedo de los discípulos? ¿No nos da algo de miedo volver a
encontrarnos radicalmente con Jesús?
-
“Levántense.
No tengan miedo”. ¿Qué hace Jesús
para que sus discípulos pierdan el miedo? Algún día, ¿alguien nos dijo estas
mismas palabras? ¿Necesitamos ahora escuchar estas palabras?
2.
Apoyo del comentario del tema: “
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
¿Por qué no nos
satisface plenamente la práctica religiosa rutinaria?
-
¿Estamos dando
importancia y prioridad a nuestras reuniones y su preparación?
2.
Compromiso colectivo
-
¿Hemos pensado en
tomar algún momento más largo de retiro entre nosotros?
-
¿Ha crecido
nuestro conocimiento e interés por Jesús gracias a estas reuniones?
-
Para profundizar
nuestro seguimiento de Jesús, ¿podemos limitarnos a los que hacemos en este
grupo? ¿Qué más podemos hacer?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
Nos disponemos a rezar.
-
Alguien
vuelve a leer: “Tomó Jesús
consigo a Pedro, a Juan y a su hermano Santiago, y los llevó a un monte alto a
solas. Y se transfiguró delante de ellos”. Nos quedamos un rato en silencio.
-
Alguien lee
la siguiente oración
Mirarte
lentamente desde el corazón.
Mirarte
lento y así algo se mueve en mi adentro.
Mirarte
lento: no hay más. Todo está allí.
Pues
¿yo de mí, qué tengo?
Si
tú no me concedes tu fuego, tu amor, tu aire, tu viento.
-
Alguien
continúa leyendo: “Una nube
luminosa los cubrió y una voz desde la nube decía: ‘Este es mi Hijo amado en
quien me compadezco: ¡Escúchenlo”’.
-
Alguien lee
la siguiente oración que
repetimos frase por frase
Jesús,
misterio de Dios encarnado,/
A
veces nos quedamos sorprendidos/
Al
descubrir lo cerca que tú te mantienes de nosotros./
Y
nos dices a cada uno:/
“Abandónate
en Dios con toda tu sencillez: tu poca fe te basta”./
Jesús,
tú me conoces, conoces mi vida y mis entrañas./
Tú
eres, a pesar de mis fallas,/
El
Señor de mis alegrías y de mis penas./
Sosiégame
y serena mi espíritu./
Llévame
a las fuentes de aguas frescas./
-
Después de un
poco de silencio, rezamos
espontáneamente:
.
Dando gracias por lo ‘bien que
estamos aquí’…
.
Pidiendo fuerza contra nuestras
debilidades y miedos…
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
Tema 8 : “
¡ Á B R E T E ! ”.
Motivación inicial
Nos escuchamos unos a otros de 2 maneras: con el oído
y con el corazón. Así debe ocurrir también con Jesús. Escucharlo no es
solamente oír su palabra, conocer su vida, sino abrir nuestra mente y nuestro
corazón para lograr una comunión más profunda y una entrega de todo nuestro
ser. Pues, consciente e inconscientemente, somos “sordos” de sordera física y
mental. Vamos a tocar nuestro corazón para que se abra también a una nueva
intimidad con Jesús.
1ª
parte: PROFUNDIZACIÓN PERSONAL
A. UBICARME
Decirse cómo se siente al comenzar esta
reunión.
B. ME DEJO INTERPELAR POR JESÚS
1.
Lectura de la Palabra de Dios. Marcos 7 31-37: La curación del sordomudo”.
2.
Acercamiento al texto de hoy y aplicación a mi persona
-
Situación de
sordomudo. Antes de ser curado,
el sordomudo no dice ni hace nada; son otros que lo llevan hacia Jesús. ¿Sé
escuchar y hablar espontáneamente o más bien soy tímido y reservado?
-
La desgracia
de la persona sordomuda. Las
personas sordomudas caen en el aislamiento y la soledad; están cortadas de la
comunicación y comunión con los demás. ¿Cómo voy a tomar conciencia de que he
sido ‘sordo’ a las comunicaciones de Jesús conmigo y por lo mismo ‘mudo’ con
él?
-
El trabajo
curador de Jesús en 2 tiempos:
1. Miro las varias actitudes de Jesús con el sordomudo: ¿Qué gestos tiene con él?
2. Luego vuelvo a escuchar como un
grito, una orden fuerte al sordomudo:
¿Cuál es este grito de Jesús?
¿Qué
hizo Jesús conmigo para que decida integrar este grupo de amistad con él?
-
El cambio en
el sordomudo. ¿Qué cambios con el
sordomudo produce en él la curación de Jesús? ¿Qué cambios está produciendo en
mí la integración en este grupo amigo de Jesús?
-
La admiración
de la gente. ¿Cuál es la reacción
de la gente por lo que ve hacer y decir por Jesús? ¿Me han hecho notar algunas
personas los cambios que se están produciendo en mí?
Puedo
hace un momento de oración.
C. LEO EL COMENTARIO: “Dejarnos
trabajar por Jesús”.
El evangelista Marcos sitúa el episodio a la orilla
del lago de Galilea, en una región habitada mayoritariamente por paganos. Su
objetivo no es sólo recoger los recuerdos que se conservan entre los seguidores
de Jesús sobre la curación de un sordomudo. El relato sugiere algo más.
Los profetas de Israel usaban con frecuencia la
“ceguera” y la “sordera” como metáforas para hablar de la cerrazón del pueblo
de Dios. A pesar de vivir su religión como una “alianza” estrecha con Dios,
Israel es un pueblo que “tiene ojos, pero no ve” lo que Dios quiere hacer con
él; “tiene oídos, pero no oye” lo que Dios le está diciendo. Por eso un profeta
invita en nombre de Dios al pueblo con estas palabras: “Sordos, escuchen y
oigan. Ciegos, miren y ven” (Isaías 42,18).
En este marco, la curación del sordomudo narrado por
Marcos sugiere que Jesús es capaz de “abrir los oídos” para que los sordos
puedan escuchar y entender la Buena Nueva de Dios. Por eso mismo el relato se
convierte en una llamada a abrirnos a Jesús para dejarnos trabajar por él. ¿No
es eso lo que precisamente necesitamos?
Según el relato, la situación del sordomudo es
lamentable. Vive como ajeno a todo. No parece ser consciente de su estado. No
hace nada para acercase a Jesús. nunca saldría por su propias fuerzas de su
aislamiento. Por suerte para el enfermo, unos desconocidos se interesan por él
y lo “llevan” a Jesús. Sólo les mueve un deseo: suplican a Jesús que “imponga
las manos sobre él” para transmitirle su fuerza curadora.
La desgracia del sordo consiste en que sólo se oye a
sí mismo. No puede escuchar a sus familiares y vecinos. No puede conversar con
sus amigos y amigas. Tampoco escucha las parábolas de Jesús ni entiende su
mensaje. Vive aislado en su propia soledad. Su situación se agrava todavía más
cuando, al no poder oír, se atrofia su capacidad de hablar. El sordo de nuestro
relato apenas puede hablar de manera inteligible y clara. Así transcurre su
vida: sin escucha el mensaje de los demás y sin poderles comunicar el suyo
propio.
Hay todavía algo más doloroso en la mentalidad de
aquel pueblo tan religioso. La persona sorda no puede escuchar la Palabra de
Dios que se proclama los sábados en las sinagogas ni el canto de los salmos en
los atrios del templo. Y, en consecuencia, no puede transmitir a sus hijos el
mensaje de la Alianza no bendecir y alabar a Dios con himnos y cánticos. Su
vida dentro del pueblo de Dios es marginal. En los escritos de la comunidad de
Qumrán se dice que “el no ve ni oye no sabe practicar la ley”.
En cuanto Jesús oye la súplica que se le hace para
curar a aquel hombre, actúa sin tardar. ¿Cómo no va a aliviar el sufrimiento de
aquel enfermo? Lo toma consigo, lo aparta de la gente y se concentra sobre el
sordomudo. No busca el sensacionalismo. Vive aquella curación como un recogido
ante el Padre del cielo, que quiere lo mejor para sus hijos e hijas.
El evangelista se detiene en describir con detalle a
Jesús trabajando cuidadosamente al enfermo. Primeramente le introduce los dedos
en los oídos para vencer las resistencias y eliminar los obstáculos que le
impiden “escuchar”. Luego humedece con saliva aquella lengua paralizada para
dar fluidez a su palabra.
No es una curación fácil. Los dedos de Jesús están
actuando. Su saliva que según la creencia popular es como “aliento condensado”
y tiene virtud curadora, está estimulando la lengua enferma. Pero, al parecer,
el sordomudo no colabora y sigue encerrado en sí mismo. Jesús hace un último
esfuerzo. “Levanta los ojos al cielo”, buscando que su Padre se asocie a su
trabajo y luego, respirando profundamente, le grita al enfermo la primera
palabra que ha de escuchar en su mundo cerrado de “sordo”: “¡Ábrete!”.
El sordo sale de su aislamiento. Se deja trabajar por
Jesús. Y en el momento en que el enfermo y Jesús se funden en una misma fe y se
abren a la acción de Dios, amigo de la vida, la curación se hace realidad. Por
primera vez, aquel pobre enfermo empieza a conocer lo que es vivir escuchando a
los demás y conversando abiertamente con todos. Ha escuchado la orden de Jesús,
se ha abierto y ahora es capaz de vivir escuchando su Buena Noticia y
comunicándola a otros. ¿No es esta la experiencia que necesitamos vivir
nosotros?
La gente queda sorprendida y admirada. Y aunque Jesús
insiste en que no lo pregonen, ellos proclamaban: “Todo lo ha hecho bien. Hace
oír a los sordos y hablar a los mudos”. Jesús les recuerda a Dios que, según el
libro del Génesis, después de crear la vida, vio todo lo que había hecho y todo
era bueno” (1,31). Así es Jesús. Va haciendo el bien.
Hemos de dejarnos trabajar por él para ser sus
discípulos y seguidores. Si vivimos sordos a su mensaje, si no entendemos bien
su proyecto ni captamos su amor a los que sufren, no escucharemos la vida como
la escucha él ni llegará a nosotros el clamor de los que sufren como llegaba
hasta el fondo de su corazón. Pero entonces no seremos capaces de anunciar su
Buena Noticia, pues deformaremos su mensaje. No hemos de olvidarlo en nuestro
recorrido. Si nos mantenemos “sordos” a las palabras de Jesús, seremos como
“tartamudos” al anunciar su Buena Noticia. A muchos se les hará difícil
entender nuestro “evangelio”.
Al parecer, en algunas comunidades cristianas se leía
e interpretaba la vida y actuación de Jesús a la luz de las promesas recogidas
en el libro de Isaías. En una de sus páginas podemos leer estas palabras:
“Ánimo, no teman; miren a su Dios… viene en persona a salvarlos… los oídos de
los sordos se abrirán… la lengua del mudo cantará” (35,4-6). Esta salvación nos
ha llegado en Jesús. ¿La podremos experimentar en este grupo? ¿La podremos
conocer en la Iglesia de Jesús? ¿La anunciaremos en la sociedad actual? ”
Bien puedo
hacer un momento de silencio meditativo.
D. INTERIORIZO ESTA REFLEXIÓN
Después contestar las siguientes
preguntas, se puede escribir algunas notas para una mejor comunicación con el
grupo.
-
¿Qué es lo que
más me ha llamado la atención de toda esta reflexión?
-
¿Me ha pasado
algo parecido al episodio evangélico? (Se comunicará algo de este punto al
comenzar la reunión entre todas/os).
-
¿Qué punto del
comentario me ha llamado más la atención? (También se comunicará este punto en
la reunión).
-
¿A qué me siento
llamado?
-
¿Qué oración
espontanea puedo hacer? O simplemente un momento de silencio.
-
¿Qué signo o
símbolo podría relacionarse con esta reflexión de hoy? (Bien se lo podrá llevar
a la reunión).
2ª
parte: REUNIÓN DE GRUPO
ACOGIDA MUTUA Y FRATERNA
A. SALUDO: El animador saluda y presenta el tema con
su motivación inicial.
B. ‘VER’: DESDE NUESTRA VIDA PESONAL
El animador invita a los presentes a:
-
Decir cómo se
siente cada uno. ¿Ha provocado la última reunión un cambio personal o algún
compromiso?
-
Comuniquemos
alguna experiencia parecida al tema que se va a compartir.
C. ‘ILUMINACIÓN’ EVANGÉLICA. Lectura de Marcos 7
31-37: La curación del sordomudo”.
1.
Comentarios sobre la lectura y aplicación a
nosotras/os
-
Situación de
sordomudo. Antes de ser curado,
el sordomudo no dice ni hace nada; son otros que lo llevan hacia Jesús.
¿Sabemos escuchar y hablar espontáneamente o más bien somos tímidos y
reservados?
-
La desgracia
de la persona sordomuda. Las
personas sordomudas caen en el aislamiento y la soledad; están cortadas de la
comunicación y comunión con los demás. ¿En qué aspectos tomamos conciencia de
que hemos sido ‘sordo’ a las comunicaciones de Jesús con nosotros y por lo
mismo ‘mudos’ con él y con los demás?
-
El trabajo
curador de Jesús en 2 tiempos:
1. Miremos las varias actitudes de Jesús con el sordomudo: ¿Qué gestos tiene con él?
2. Luego volvamos a escuchar como un
grito, la orden fuerte al sordomudo:
¿Cuál es este grito de Jesús?
¿Qué
hizo Jesús conmigo para que decidamos integrar este grupo de amistad con él?
-
El cambio en
el sordomudo. ¿Qué cambios con el
sordomudo produce en él la curación de Jesús? ¿Qué cambios está produciendo en
nosotros la integración en este grupo de amigos?
-
La admiración
de la gente. ¿Cuál es la reacción
de la gente por lo que ve hacer y decir por Jesús? ¿Me han hecho notar algunas
personas los cambios que se están produciendo en nosotros?
2.
Apoyo del comentario del tema: “Dejarnos trabajar por
Jesús”.
¿Qué
punto más llamativo del comentario queremos compartir?
D. ‘ACTUAR’ POR EL PROYECTO DE JESÚS
1.
Conversión personal
-
Dejar la
sodera: ¿Nos estamos dando cuenta
en este momento de nuestra cerrazón a la presencia y al mensaje de Jesús? ¿Qué
era lo que nos impedía -y tal vez nos sigue impidiendo- escuchar y entender a
Jesús?
-
Dejar la
tartamudez: Si comunico mi fe y
mi experiencia de Jesús, ¿soy -y seré- discípulo de Jesús? ¿Dónde están mis
mayores resistencias?
2.
Compromiso colectivo
-
¿Quiénes de entre
nosotros hablan muy poco en el grupo? ¿Nos pueden decir por qué motivos? ¿Cómo
nos podemos ayudar en este grupo a dejarnos trabajar y curar por Jesús?
-
De ahora en
adelante, ¿a qué situaciones vamos a dejar de ser “sordomudos”? ¿Quiénes pueden
estar esperando de nosotros una comunicación de lo que estamos descubriendo?
-
¿Cómo podemos ser
un grupo “abierto” a lo que dice y hace Jesús tanto en los evangelios como en
la realidad de hoy?
E. ORACIÓN-CELEBRACIÓN COMUNITARIA.
1.
Se coloca en la mesa los símbolos traídos por cada
una/o y se explica su significado.
2.
Sugerencias para la oración
-
Momento de silencio.
Nos disponemos a rezar.
Alguien
vuelve a leer las palabras de la gente: “Todo lo ha hecho bien. Hace oír a los
sordos y hablar a los mudos”. Apliquémoslo a nosotros mismos. Demos gracias por
“lo bueno” que Jesús está haciendo en nosotros.
Jesús
nos dice fuertemente también a nosotros: “¡Ábrete!”. Hagamos alguna oración de
petición para que nos abramos a Jesús, al Espíritu, a los demás.
-
Repetimos
frase por frase
Estás
cerca, Señor, está siempre conmigo./
Me
estás esperando para que poco a poco me entere./
Respetas
mi libertad y caminas junto a mí./
Sostienes
mi vida para que no me detengas./
Me
ayudas a conocerme,/
Me
hablas como a un hijo,/
Me
animas a ser yo mismo/
Y
no te hago caso./
Me
amas con ternura y quieres lo mejor para mí./
Me
ofreces todo lo tuyo y ahora te lo agradezco./
3.
Padrenuestro. Abrazo de paz.
D. DESPEDIDA. Se recuerda la casa, el día y la hora de
la próxima reunión.
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